Asústame

A veces me asustas,
pero es un susto bonito.
Cuando parece que estás
en mi cabeza,
cuando adivino
lo que viene después.
Asústame las veces que quieras,

siempre a tu manera.

Tus cristales blindados

Tanto miedo para nada.
No hubo tercera rotura
y nunca la habrá.
Has vuelto a llegar
con un cargamento de cristales
pero ahora son blindados.
Estoy tranquila,
porque ya nada va a romperse.
Por primera vez me sonreíste
en el momento exacto
en el que estaba pensando
que era eso lo que necesitaba.
Eso y nada más.

 

Se ha roto algo

Se ha roto algo las dos veces,
algo en ti y algo en mí.
Pronto puede llegar la tercera
y me temo lo peor.
No quiero abrir el cajón
donde guardé el loctite.
Me da miedo pensar
que ya no queda.
No quiero vivir
con nuestros pedazos esparcidos
en el suelo del comedor.
Te pediré que vengas
a recogerlos conmigo
mientras tarareamos
juntos aquella canción.

 

La lluvia

A: ¿Qué haces?
B: Estoy esperando que pase algo.
...
Y entonces,

la lluvia pasó
y arrasó con todo.

El tiempo y las ganas

“Otro día te cuento.”
Pero luego nunca tenemos tiempo
o a lo mejor no es eso.

Quizás nos faltan las ganas,

y no queremos darnos cuenta.

El cariño no

Por interés perdí la partida,
menos mal que el cariño no.
Volvamos a jugar esta noche
a que todo parezca mentira,
que yo sólo quiero volver a perderte.

 

A la misma hora en el lugar de siempre

Nos veremos de nuevo
a la misma hora
en el lugar de siempre.
Mismas caras,
misma gente.
Pero sé que

esta vez
hará más frío
y no voy a ser yo
quien te abrigue, no.
Y no me vengas con susurros
de esos que me hacen tiritar,
porque todo se contagia
y luego tengo que ir a buscarte
a la misma hora
al lugar de siempre.

Pócimas, frases, despedidas y conversaciones varias

La pócima alcohólica que me convierte en koala
La frase lapidaria que me hace sangrar
La despedida que nunca llega
La conversación al día siguiente:
No me dijiste adiós
(No) Debí marcharme así
No te preocupes
No quiero volver a sentir que juego contigo
No lo sientas
Abraza

Sangra
Habla
Acaba

Juega
Ve

Verte de

A veces siento que no me quiero perder nada de ti y me entran ganas de verte. Pero no verte de que te asustes de mí y huyas. Verte de estar los dos como el día del sofá. Verte de hablar contigo como cuando acabó aquel festival y fui a buscarte entre la gente. Verte de reirme con tus bromas después de aquel concierto de un grupo sin nombre. Verte de oír tu voz en la puerta preguntándome si ya me voy. Y también verte de ir a darte dos besos y que me abraces, como aquella vez. Verte de escucharte hablar de las personas más importantes de tu vida e imaginar tu cara de felicidad cuando compartes momentos con ellas. Verte como cuando no eres capaz de guardar un secreto. Verte de verdad, sin disfraces ni maldad.

 

La mitad de nuestra vida

Es evidente, dijo aquél.
Se ve, no hace falta que me lo cuentes.
Déjame a mí, mintió.
Pero yo no entendía nada
Y la pena es que sólo recuerdo la mitad

de nuestra vida aquella noche
Y me da miedo preguntarte
por si hubo algo que te molestó
Porque yo no quiero hacerte daño
aunque el otro día pasara por aquí

y te dijera que sí.

Hacerte daño

Cuando reconoces que eres tú mismo el que te haces daño, sólo me quedan ganas de hacerte daño yo también, para que te des cuenta de que no te le mereces.

Atención! Ver baliza

Parece que si no se verbaliza no se siente ni se piensa. Y no. La magia está en saberlo sin tener que compartirlo. Hay cosas que se saben del otro porque las sabes de ti. Al principio da un poco de miedo, pero luego te acostumbras.

El imperativo y otras formas de vida

Siempre hay un imperativo cuando la ocasión lo merece.

El fin del imperio

Que ya nada impera 

cuando se acaba el tiempo de creer 

Y no me interesa 

si el imperio se derrumba esta vez

He dejado preparada 

una lista interminable de insultos

para cuando preguntes "¿Por qué?"

No vendré a consolarte

Avísame cuando estés bien

Esto no es lo que era

Esto no es lo que era
tienes razón
algo ha cambiado
desde aquella fiesta
no me pidas perdón
que yo sigo poniendo
canciones para ti
que sigo teniendo
ganas de mirarte
porque yo también soy
de engancharme con todo
aunque a veces pienses
que vivo en la locura
si tienen que encerrarme
que no sea contigo
no quiero contarte el secreto
que dejé a medias
porque no,
esto ya no es lo que era.

 

Ilusión

No sé qué me hace más ilusión,
si arrancarte esa sonrisa
que dices inevitable
o compartir contigo dimensión.

 

De su mano

La casualidad siempre va de su mano, por mucho tiempo que pase.

 

(h)el arte de olvidar

Para cuando yo me acostumbre,
tú ya me habrás olvidado
y yo no necesitaré aprender a olvidarte.

 

Toda una vida suponiendo(te)

No sé descifrar tus señales
y no estoy segura de querer aprender
Algo ha cambiado para siempre
y crees que yo lo sé.

Quizás si te pregunto, te vas
pero es que estoy cansada ya.
Me duele suponer la verdad.
Supongo que me duele,
parece que es real.

Nadie se queda

Parece que lo nuestro ahora se resume rápido,
en onomatopeyas y sonrisas falsas.
Y sinceramente, me da pena.

Me da pena porque al final nadie se queda.
Y yo sigo aquí, esperando
con la lluvia de otoño
mojándome los pies.

 

Por favor, déjame...

Yo podría perderme contigo en cualquier ciudad
y sorprenderte con un abrazo por la espalda.

Yo podría enseñarte lo que es comprometerse
y que dijeras adiós a tus canciones tristes.

Echarla de menos es inevitable
Tu rabia no va a ayudarte en nada,
tampoco tu lista de canciones interminable

esa que dices que habla de los dos.

Yo podría si tú quisieras dejarlo todo
y no preguntes por qué
Yo sería capaz de eso y sé que tú también.
Por favor, déjame...

El abrazo infinito que me salvó la vida

Cuando estaba a punto de irme sin despedirme, y ya me habían animado a que lo hiciera, se activó el imán de siempre y fui dispuesta a darte un adiós frío y seco, de aquellos de dos besos. Pero me encontré de bruces con la sorpresa que me tenías preparada: un abrazo infinito que me salvó la vida, esa que se nos había acabado hacía un rato.

Conocer(te) demasiado

Me gusta que me dejes conocerte

pero es muy duro tenerte que desconocer

al darme cuenta que te conozco demasiado.

Res a seR

Los dos sabemos desde el primer día que no existimos, pero a mí a veces se me olvida. Y entonces me lío, y no hay nada que hacer, nada que ser.

La persona más triste del mundo

Empezaste a hablar de ella y en aquel preciso instante dejaste de ser tú y te convertiste en la persona más triste del mundo, la persona que más había sufrido de todas las que yo había conocido jamás. Luego llegó lo peor, cuando no pude despedirme como me hubiera gustado, abrazándote fuerte, para que volvieras a ser tú. Ahora quiero decirte algo: No dejes que nadie te convierta en eso. No dejes que yo vuelva a verlo. Sé que es duro, y no sólo para ti. No quiero que nadie te cambie. No quiero cambiarte por nadie. Y mucho menos por un despojo de lo que querían que fueras y no quisiste ser.

El café

No hay nada extraño entre tú y yo. Las conexiones deben de ser fruto de una conspiración. Porque yo antes creía en la magia, pero ya no. Menos mal que por lo menos nos queda el café.

(Te) quiero así

Vuelves por la noche, después de estar todo el día casi desaparecido, y me das justo lo que necesito, lo que más me gusta, lo que sabes que espero. No hace falta que te diga nada, ni que te dé instrucciones. Cuando me doy cuenta, no me queda otra que admitir que (te) quiero así, de una forma concreta y única.

Cerca > Lejos

Ojalá pudiera darte ánimos de cerca, que nuestros abrazos curaran tus heridas recientes, que todo el daño se desvaneciera y sintiéramos que el dolor no va a volver nunca más, porque nos tenemos.

Fibras

Ayer, una amiga me dijo una frase muy acertada con la que dio en el clavo, así que para no olvidar sus palabras y darles el valor que se merecen, quería que formaran parte de mi blog. A veces, es necesario hablar con alguien para que le ponga un nombre a lo que tú intentas explicar. En algunas ocasiones, sucede lo de ayer, que esa persona te dice algo que parece que estaba ahí dentro de ti pero que no quería salir. Es inevitable, entonces, acabar sintiendo sus palabras como algo tuyo:

 "Hay personas con las que nos cruzamos en nuestro camino que nos tocan fibras que teníamos olvidadas" 

Z.

Feliz cumpleaños, cronopio

Hace mucho tiempo, escribí este texto inspirado en el capítulo 7 de Rayuela, de Julio Cortázar. Hoy, el gran maestro cumpliría 100 años, así que creo que es el día perfecto para compartirlo con los que pasáis por aquí.

Siento tu mano, en mi piel siento tu mano que me toca, voy notándola como si mi piel necesitara de ella, y me basta cerrar los ojos para estremecerme, y hago burbujas de placer, y me meto en ellas, y por un azar al que no he avisado, mi pecera se vacía y entonces tu mano seca mi piel mojada, que tirita al notar tu mano.

6 de junio de 2007

Por sorpresa

Y cuando creí encontrar la manera de afrontar los resquicios, apareces por sorpresa. Y entonces todo vuelve a comenzar.

Resquicios

Hay resquicios del pasado que se quedan contigo para siempre, por mucho que intentes enterrarlos para no verlos. Restos que en su día formaron parte de ti y que por algún motivo ya no estás dispuesto a mantenerlos contigo. Aún así, al final hay que acabar admitiendo, aunque duela, que no serías quién eres si no fuera por ellos.

11 de agosto de 2014

La crisis

A veces tengo la sensación de estar echándote de menos por encima de mis posibilidades.

 

El día

No confío en que llegue el día,
el día en el que ya no exista el “demasiado”,
el día en el que podamos abrazarnos sin hacernos daño.

 

Puede

Puede que parezca que estoy dolida
Puede que creas que estoy llena de rabia
Puede que sólo sea una tontería

Puede que pienses que no vale la pena
Puede que no entiendas de qué va esto
Puede que sólo sea yo
quien pueda

Puede.

 

Pues así.

¿Sabes cuando tienes ganas de ver a alguien y luego esa persona pasa de ti? Pues así.

 

Fácil

Es tan fácil todo contigo que no me canso de esforzarme.

 

Bucle de recuerdos

Soy muy de acordarme de situaciones y/o conversaciones que quedaron en su día vinculadas para siempre con objetos y/o lugares concretos. Miro por la ventana del tren y veo una playa, pero resulta que es la playa de la que hablamos el día que nos despedimos. Luego me fijo en el bolso que llevo, y es el mismo que llevaba el día que apareciste en aquel bar casi por sorpresa. Entonces me convierto en un constante ir y venir del presente al pasado y del ayer al hoy. Me acuerdo de ti, de él, de nosotros y de ellos gracias a esas cosas que estuvieron presentes en una situación supongo que significativa para mí. Me pregunto si en el futuro también habrá algo que me recuerde a alguno de los dos momentos de hoy, creando así el recuerdo de mi persona recordando, entrando en un bucle temporal infinito del que nunca pueda salir.

Auténticos desconocidos

Parecía que no querían conocerse del todo, pero sin querer se conocieron a fondo. Aún así, después de despedirse, sólo podían considerarse auténticos desconocidos.

Me encanta(s)

No siempre el verbo encantar está por encima del verbo gustar.

 

Te esperaré

Te esperaré hasta que podamos querernos en igualdad de condiciones.

 

Magia

La varita mágica mejor la dejo en casa, no vaya a ser que te convierta en sapo y luego no me atreva a besarte.

En silencio

Llevo unos días hablándote en silencio. No contestas, pero sé que me oyes. Y con eso me conformo.

 

Piedras

Había una vez una niña que tropezaba una y otra vez con la misma piedra. Un día, de tanto tropezar, la piedra se hizo pedazos y dejó de ser piedra para convertirse en polvo. Entonces la niña se dio cuenta de que la experiencia le había servido para algo. Acababa de descubrir lo que era aprender, y no cualquier cosa, sino algo que no creía capaz de aprender. Se sentía muy feliz, porque desde ese momento dejó de ver la piedra como algo negativo. Tenía una sensación de alivio muy grande, de haberse quitado un gran peso de encima. Cuando la niña se hizo mayor y fue mamá, le contó la historia a su hija, el cuento de aquella piedra preciosa que jamás olvidará.

Emociones y canciones

Es curioso cómo las emociones se recolocan y reajustan en las canciones según las experiencias que vas viviendo. Yo creo que no es casualidad que emoción rime con canción.

Todo lo que quiero

Falta mucho para Navidad, pero creo que voy a empezar a hacer mi carta a los Reyes Magos. Este año quiero un decálogo para dejar de vivir tan intensamente las emociones, y un libro de recetas para alérgicos a la empatía. Como me estoy portando bien, también creo que me merezco un par de juegos de jugadores ilimitados, en los que el único requisito para participar sea la felicidad. Y ya que estoy, quiero la pócima para dejar de perder a todo aquel que no deseas perder, una dosis para mí y otra para las personas que aprecio. Y de momento, creo que esto es todo lo que quiero.

Ojalá

Ojalá volvamos a cruzarnos dentro de un tiempo, ojalá cuando ya no lo esperemos.

 

OLVIDAR - ODIAR = LV

Anoche, buscando la fórmula para olvidar, llegué a la conclusión de que la única forma de conseguirlo, es odiar aquello que quieres olvidar. El problema es cuando no sabes odiar, como yo. Porque a mí nadie me enseñó a odiar. ¿A vosotros sí?

Mirando las letras de las dos palabras, recuerdo el juego que hacía en EGB con una amiga. Escribíamos nuestro nombre debajo del del chico que nos gustaba, y tachábamos todas las letras comunes, formando una nueva palabra con el resto (palabra que aún seguimos usando para llamarnos cariñosamente, por cierto).

En este caso, como cada una de las letras de “ODIAR” también las tiene "OLVIDAR", la primera queda anulada, borrando la palabra por completo (Parece que el odio no está dispuesto, de ninguna manera, a formar parte de mí). Como resultado, quedan dos letras: “LV”. Y como sabéis, son las siglas de “La Vida”. Todo tiene sentido.

Sobre adicciones

Es muy raro que nunca haya escrito sobre adicciones directamente y que sea la primera vez que la palabra adicción aparece en este blog. Creo que ha llegado la hora. 

Dice la RAE sobre adicción que es el "Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos." Quiero que os fijéis especialmente en dos partes de esa definición. En primer lugar, en el concepto de "afición desmedida". ¿Quien toma las medidas? ¿Quién decide que la manera en que te gusta algo es desproporcionada? Y en segundo lugar, me llama la atención que se use la palabra "juego". ¿Eso significa que todas las adicciones están sometidas a unas reglas y en ellas se gana o se pierde? 

En la wikipedia, en cambio, lo primero es una advertencia: "No debe confundirse con 'vicio'". Luego, entre enfermedad, dependencia, satisfacción, mono, conductas compulsivas, impulsivas e irresistibles, añaden una frase que me ha gustado "El adicto no controla su adicción, sino que vive en función de ésta: es el eje y el condicionante de toda su rutina". Ahí creo que está la clave, sobre todo en la última palabra, que ya usé en uno de mis "ruiditos". ¿En qué tipo de bucle vivo si soy adicta a la rutina?

Esto nos va a matar

"Esto nos va a matar”, me dijiste. Acertaste, y ahora sólo queda un enorme vacío, el vacío de la pérdida, la ausencia total, la más dolorosa de las ausencias.

 

No tenemos remedio

La última vez que hablamos, hace exactamente un mes, prometimos portarnos bien, pero me temo que no sabemos. Y aquí estamos, como cuando éramos adolescentes y hacíamos llamadas perdidas de buenas noches. No tenemos remedio.

Preguntas retóricas

¿Sabes cuando te hacen una pregunta retórica pero tú consideras que no lo es y te vuelves loca buscando la respuesta adecuada?

¿Y ahora qué?

Muy bien, has vuelto. ¿Y ahora qué? Es un detalle por tu parte y quiero agradecértelo si lo has hecho por mí. Pero es evidente que no tienes nada que contarme. Yo, en cambio, no hay día que no tenga ganas de acudir a ti para compartir contigo algo que me ha pasado, algo que me preocupa o simplemente decirte cómo me siento. Admito y tengo asumido que existe esa diferencia entre los dos, pero no tengo claro si debo conformarme con ella o dejar de ser yo para equilibrarme contigo y rendirme a los pies del hablar por hablar. No me apetece demasiado, la verdad, pero sólo me queda eso o dejarme llevar y seguir igual.

Adiós > Hasta pronto > Hasta mañana

No me creo tus "hasta mañana". Estoy cansada de que siempre dependan de mí para ser ciertos. A estas alturas prefiero un "adiós" real, o una verdad a medias con un "hasta pronto". Toma nota para la próxima vez. Siempre y cuando decidas que la haya, claro.

Pupilas reveladoras

Enciende una simple lamparita y mis pupilas se contraen al máximo, como si de una gran fuente de luz se tratara.
¿Y qué pasa si te envuelve con su oscuridad absoluta?
Entonces consigo verle.
Entiendo… ¿Has probado a ponerle nombre a eso que te pasa?
Sí, pero no lo encuentro. ¿Me ayudas?
Está bien... Déjame pensar... Ahora vuelvo.
(Vuelve con un imán en la mano. Se lo da)
Mira, yo creo que lo llaman atracción.

Todo escrito

Cuando te da la impresión que ya lo has escrito todo sobre algo, puede significar dos cosas: que no eres capaz de salir del bucle o que por fin has salido. Os deseo la segunda. De nada.

Cuando me doy miedo

Soy capaz de notar el temor de las personas que perciben alguna de mis reacciones, y las imagino asustándose de ellas. Y empatizo a pesar de basarse en una suposición y de no saber si verdaderamente esa emoción que sienten es real. Es entonces cuando me doy miedo.

Recuerdos imperfectos

Son recuerdos imperfectos
de un tiempo que pasó,
un pasado retocado
a mi antojo y con mi voz.

                         Enero de 2009

Venenos dulces que matan y venenos que matan dulcemente

Me absorbes hasta la última gota
Me quedo atrapada en tu telaraña
Me das lo que más me gusta
pero me acaba envenenando
Es el veneno de la complicidad
que lentamente me va matando
Es una muerte dulce y placentera
pero una muerte al fin y al cabo.

Puedes matarme, sí

pero no te vayas de mi lado,
no me dejes morir así.

Madurar

El otro día, en un concierto, el cantante dijo que todas sus canciones hablaban de hacerse mayor muy rápido y no madurar a la misma velocidad. A veces pienso que me pasa eso, sobre todo cuando veo que siguen haciéndome ilusión las casualidades estúpidas que puedo haber provocado yo misma sin darme cuenta.

3, 2, 1

Recuerdo perfectamente una conversación contigo hace un año. Después de pedirte una estupidez de las mías, te dije que lo que más me gustaba de ti era cuando aparecías de esa manera tan tuya, de repente, sin avisar. Anoche lo volviste a hacer y seguramente ni tiene importancia ni significa nada para ti, pero somos muy diferentes, e interesarte por algo tan “nuestro” despertó algo en mí. Por suerte, la intensidad de esa emoción inicial es inversamente proporcional a la que luego perdura una vez he reaccionado. Así que en 3, 2, 1 lo habré olvidado y podrás volver a sorprenderme. Qué bien.

Feliz cumpleaños

Había una vez una niña que quería felicitar a un niño por su cumpleaños. Estaban tan lejos el uno del otro que lo único que podía hacer era escribirle una nota y confiar en la casualidad de que él llegara a ella y la leyera en el día de su cumpleaños.

Las debilidades de Julia

Julia sabía que cuando llegara el momento, no sería capaz de hacerse la dura con él. Conocía bien sus debilidades y sabía que tarde o temprano, se encontraría, sin darse cuenta, rodeada de esas ganas de verle que la persiguen desde que lo conoció.

Esta vez no

Esta vez, ya no me sorprenderá no verte
Y si te veo, tampoco voy a sorprenderme
Estamos empatados a puntos
Y es el mejor resultado posible.
Deberías haberme recordado aquello de
“lo importante es participar”
Pero piensas que ya lo sé todo
Y yo que tú no sabes nada
Pero esta vez, no va(s) a sorprenderme
Esta vez, no.

 

Se oye el frío

Se oye el frío
tras una ventana
Se huele el invierno
que acecha su cama

Semillas que vuelan
buscando melenas
donde resguardarse
hasta la primavera

Se inventa un camino
lleno de proezas
No pierde los nervios
sintiéndose cerca

Fragancias de flores
adornan su belleza
y no se da cuenta
que nadie la observa

Se brinda otro día
por su buena suerte
No entiende su vida
y piensa en la muerte

Se oye el frío
tras una ventana
Se huele el invierno
que acecha su cama

                              Noviembre de 2009

Círculo vicioso

A veces, sin motivo aparente, empiezas a sentir la necesidad de cuidar de alguien, de desear constantemente que esté bien, de preocuparte, de intentar ayudarle en lo que esté en tus manos. Pero a su vez, llega la peor parte, uno de los sentimientos más crueles y que más duele: la impotencia. Por no poder estar donde te gustaría, por no ser capaz de hacerlo mejor, por no saber qué necesita esa persona sin tener que preguntárselo. Y cuando parece que no se puede complicar más, llega la empatía, para hacerte sufrir a ti también, para vivir la situación más intensamente, para entender que el otro te necesita aunque no te lo diga. Y es así como entras en el círculo vicioso en el que me encuentro y del que algún día espero aprender a salir. Me esforzaré al máximo, te lo prometo, pero perdóname si no te llega aquello que realmente anhelas y si recibes algo de lo que te gustaría prescindir.

La última canción de los discos

Eres lo más parecido que conozco a la última canción de los discos.

 

Abrazos que

Me dijiste que tenías guardado aquel abrazo que te di. No me sorprende. Yo no he vuelto a abrazar a nadie como aquella vez.

 

Déjame que hoy te robe una frase

“Creo que nadie se ha despedido tantas veces como nosotros.”

Extraño imán

Soy de la opinión de que los polos de nuestro imán siempre van a atraerse, por mucho tiempo que pase. Y en realidad, no tiene mucho sentido, porque tanto nos parecemos, que deberíamos repelernos.

Ana por un instante

Me sentí como Ana cuando desea con todas sus fuerzas que Otto esté dentro del armario. Desee tan fuerte que vinieras detrás de mí al irme y me detuvieras, que me giré al creer oír tu voz llamándome. Pero igual que en la película, me decepcioné al ver que el armario estaba vacío, y tuve que marcharme y asumir a la fuerza que Otto se había ido.

Sabores contradictorios

- ¿Me pone un helado de dos sabores, por favor?

- Sí, ¿de qué sabores?

- De ganas de verte y de miedo a que suceda.
- ¿Algún helado más?
- Suficiente, gracias. 

Perder(es)

No te imaginas cuánto duele tener que perderme lo que eres.

 

Aprendiendo

Aprender cuando crees que no eres capaz de hacerlo es una de las sensaciones más gratificantes que existen, y más cuando el contexto se tiñe de negro y parece que no vas a poder salir de la oscuridad que te envuelve. Y es que a veces, tropezar con la misma piedra sirve de algo. Gracias por hacerlo todo más fácil.

Señales de emergencia

Cuando algo no puedes explicarlo sin metáforas, cuidado.

Cuando no debes guiarte por tus ganas, malo.

Cuando quieres hacer las cosas bien y no sabes cómo, alerta.

Son señales de emergencia y aparecen cuando menos te lo esperas.

Defectuosa

“Sólo hay que dejarse llevar”, me dijiste. Pero yo no sabía de eso. Y quería aprender, pero (no) contigo.

 

Yo sabía que esto iba a explotar

Yo sabía que esto iba a explotar, pero a pesar de haber vivido algo parecido anteriormente, tenía la esperanza de que esta vez no fuera así. Yo pensaba que los dos podíamos aguantar más allí, pero parece que no es posible. No hay espacio ni tiempo para decorar la realidad con la ficción, porque al final acaba ensuciándose. Y luego duele. Y es que a nadie le gusta desprenderse de las cosas que te hicieron sonreír, de los significados compartidos ni de los protagonistas de historias que no pueden existir. Yo sabía que esto iba a explotar, y aún así, volví a tropezar.   

A veces soy dos

A veces soy dos: la que hago y la que haría, la que hice y la que habría hecho.

Un presente disfrazado de ayer

Una decepción que se convierte en tristeza
por haber perdido el tiempo
en creer que lo que fue
podía seguir siendo,
en pensar que el presente
aún tenía restos del ayer.

                                          Agosto de 2013

El otro día soñé contigo

El otro día soñé contigo. Era un sueño que sucedía en el presente. Nos volvíamos a ver, y en vez de haber servido para algo el tiempo separados, para distanciarnos y enfriar lo nuestro, ocurría lo inesperado, todo lo contrario a lo que habíamos imaginado. Al vernos, se multiplicaba la atracción, hasta el punto de romper nuestro pacto y olvidar por completo aquellos principios de los que habíamos hablado, aquellos que un día te prometí ser capaz de respetar.

Al despertarme comprendí que el subconsciente no entiende de promesas entre tú y yo ni de estrategias estúpidas para combatir ciertas emociones primarias.

No quiero más “ya veremos”

Juguemos a la rayuela

y lleguemos al cielo.

Déjame ser tu Maga.

No quiero más “ya veremos”.

                                                        Marzo de 2013

Lucía y yo

Desde el principio te gustó ella más que yo. Quería que no me importara, pero lo hacía, y entonces deseaba con todas mis fuerzas ser ella durante más tiempo. A veces lo conseguía, pero siempre desde otra dimensión, alejada de la realidad y de la que era muy duro volver. Entonces, un día, Lucía me contó que quería ser yo.

...

Los puntos suspensivos no lo saben, pero tienen superpoderes que ejercen sobre nosotros sin que nos demos cuenta.

El texto más bonito del mundo

Una vez me escribieron el texto más bonito del mundo. Hoy quiero compartirlo aquí, como un ruidito más. La canción que lo acompaña no la he elegido yo, era el título del mismo.

"Hay algo especial en su forma de mirarme. A veces parece que sea capaz de traspasarme, otras en cambio me acaricia la piel. Sus ojos, que dicen mucho más que su boca, me resultan familiares, nada extraños. Pero su boca tiene la necesidad de explicármelo todo. Y todo, entraña un amasijo complejo de realidades, sueños, comprensiones, desconsuelos y silencios. Sobretodo silencios, en los cuales las manos pasan a la acción. La combinación de estos pequeños elementos confirma nuestras afinidades."

11 de abril de 2006

En el laberinto (Microcuento)

Una vez entramos al laberinto más grande del mundo a jugar. Yo encontré la salida, pero preferí disimular para seguir perdida contigo.

El poder del frío

Sólo tú conoces realmente el poder del frío.

 

Algún día

Algún día me rendiré,
y no te darás ni cuenta.
Algún día te arrepentirás
de no haber hecho nada,
de mantener la puerta cerrada.

Algún día me buscarás y no estaré

Algún día querrás volver a ser
aquel que fuiste una vez

Y pedirás perdón
en todas las lenguas
Y escribirás mil veces
mi nombre en vano

Y pedirás perdón
un millón de veces
Y no habrá nadie
que escuche tu voz

Algún día te cantaré esta canción
y no sabrás que habla de ti.
Algún día me preguntarás
y te contaré otra historia,
la historia que creía nuestra,
la historia que tú quisiste acabar

Y hasta aquí he llegado.
Lo nuestro ha terminado.

Cuando la afinidad se va

La afinidad, igual que viene, se va, y si eres capaz de detenerla, deja de ser afinidad para convertirse en adoctrinamiento. Así que mejor déjala ir si ella decide marcharse. No la retengas egoístamente para sentirte mejor, a la larga te darás cuenta que debiste acompañarla en su huida.

Estar y gritar sin saber

Hay gente que está enamorada y no lo sabe, a pesar de gritarlo a los cuatro vientos con sus palabras.

 

Los pies del gato

A veces nos parece bien y decimos abiertamente que preferimos no complicarnos la vida y no buscarle los seis pies al gato para explicar algo. Otras, en cambio, se los buscamos, pero decimos no haberlo hecho para restar importancia al asunto. En esos casos, no nos damos cuenta de que, en realidad, lo relevante no es el asunto, sino el tiempo dedicado a buscarle los pies al gato.

Existamos

Somos como los monopolos magnéticos y como todos esos conceptos hipotéticos que un día dejan de serlo porque alguien descubre que son posibles. 

Ya va siendo hora de que empecemos a existir.

Palabras

Hay palabras rencorosas, palabras de amor, palabras que desnudan. Hay palabras para ti y palabras para mí. Hay palabras que carecen de significado, y luego están las palabras atemporales, aquellas que usaste en el pasado y sin darte cuenta te ves utilizándolas en el presente como si fueran palabras nuevas.

 

Pero no estabas

Si hubieras estado, nos habríamos mirado y reído a la vez. Pero no estabas, y tuve que reírme sola. 

 

Verte

- Es curioso verte.

- ¿Por qué?

- No sé, me hace(s) gracia.

Secuelas

Las ganas de verte de hoy son las secuelas de marcharte ayer cuando menos ganas tenía de que te fueras.

 

¿Es lo mismo?

¿Es lo mismo “Me gusta hacer eso con alguien” que “Me gusta alguien para hacer eso"?

 

Cuestión de tiempo

“No tengo tiempo”, qué gran mentira usada mil veces como excusa. El tiempo no se tiene. El tiempo pasa, se usa, se invierte, se gasta, se gestiona bien o mal. El tiempo no es de nadie. Cada uno decide ocuparlo con una serie de acciones, en función de unas prioridades. El tiempo no tiene la culpa de que tú se lo dediques a algo porque así lo has querido. Vivir el tiempo de una determinada manera tiene sus consecuencias y son responsabilidad tuya, no de esos factores externos que consideras más importantes que el resto. Si entre ese “resto” hay personas, la cosa se complica, porque estar en la lista de espera de ser importante para alguien no es nada agradable. Es muy probable que esas personas prefieran gastar el tiempo de otra manera, y no esperando. A mí me ha tocado estar en el lugar de una de ellas, pero he decidido usar una miniporción de tiempo a esperarte. Ojalá los demás también sean capaces. Mucha suerte y hasta pronto. 

PD: No te engañes y cambia el "No tengo tiempo" por el "Mi prioridad es x y no y"

Al fin y al cabo, echarte

A veces echarte de menos es la única manera de echarte de más.

 

(re)aprender

Estoy aprendiendo a desconocerte. Quizás cuando lo consiga será el momento de volver a conocerte y tendré que (re)aprender de nuevo.

Benditas canciones

Hay canciones que llegan en el momento adecuado y arreglan aquello que se había estropeado y que sola no eras capaz de arreglar. Benditas canciones. Deberíamos brindar más a menudo por ellas. 

El tiempo que tarda un mosquito en picar

Tan solo necesito el tiempo que tarda un mosquito en picar para volver a equivocarme.

 

Rechazo > Indiferencia

Prefiero antes tu rechazo que tu indiferencia.

No es la primera vez que te lo digo,

ya deberías saberlo.

Para salvarte mejor

Menos mal que siempre hay alguien que aparece de repente, como si fuera enviado por una fuerza superior, para salvarte de la decepción.

Interés cero

Te dan un 0% de interés pero no es un mensaje del banco, así que resulta bastante más decepcionante.

Conmigo y sin ti

Llega un momento en el que es imposible mantener una conversación contigo. Yo creía que ese día nunca iba a llegar, pero ya hace tiempo que está aquí, conmigo y sin ti.

Hay días

Hay días que saben a despedidas en el andén de una estación cualquiera.

 

Rayuela

Tú eres Rayuela - me dijiste.

Rayuela eres tú - te contesté.

Para que ya no

Uno de los alivios más grandes es darse cuenta que ha pasado el tiempo suficiente para que ya no duela(s).

La rueda de la intensidad

Alguien me dijo una vez que todos tenemos una rueda que gradúa nuestra intensidad a la hora de vivir y sentir nuestras experiencias. Mi rueda se estropeó un día, y mi intensidad se quedó atrapada al máximo, entrando en un bucle imposible de parar. Entonces llegó él e intentó ayudarme a arreglarla. Consiguió moverla y llevarla al mínimo, pero algo falló. El punto que anteriormente había sido cero, ahora se había convertido en punto mil. Era imposible reducir la intensidad, sólo podía aumentarse más y más. Le dije que había que hacer algo, que mi corazón no iba a soportar tanta emoción. Fue entonces cuando él me dijo: - Adiós-.

16 de noviembre de 2013

Bucle de improbabilidades

Es tan difícil que eso suceda, que cuando sucede, te aferras a ello para no perderlo por nada del mundo. Pero cuando, de repente, un día llega la tragedia, te parece imposible que pueda volver a ocurrir de nuevo. Pero ocurre. 

(Y vuelves al inicio del texto)

Entonces

Cuando lo ves venir desde el primer momento
y no puedes hacer nada para evitar el desastre

Cuando todo se derrumba y cae encima de ti
Cuando eso sucede y no hay nadie que pueda salvarte

Cuando sólo te tienes a ti

y precisamente has sido tú 

quien lo ha provocado todo.

Entonces.

Mi disfraz de Carnaval

Es Carnaval pero yo estoy triste.
Ése es mi disfraz
y nadie puede quitármelo,
ni siquiera tú
que sabes hacerlo.

En el avión

Deseé con todas mis fuerzas
que en aquel vuelo hubiera turbulencias,
que tuvieras ese miedo
del que tanto habíamos hablado,
cogerte fuerte de la mano,
aterrizar despacio.

21 de agosto de 2013

Lo llaman conexión

Ya no sé vivir sin conexión
Y no hablo de Internet
Hablo de las personas
y de todo aquello que me rodea.

 

Frágiles y efímeras

Hay cosas que suceden condicionadas por variables tan efímeras, que basta un simple cambio en ellas, para que dejen de existir. Es tan frágil su existencia, que me dan pena.

Amar la casualidad

Llevo un tiempo receptiva
reboso sensibilidad
Pasan cosas que no entiendo
Dicen que es casualidad

Lo aprendo y luego lo veo
Descubro y te encuentro allí
Parece que alguien vigila,
me indica por donde he de ir

Me he acostumbrado al mundo así
Ya me gustan las sorpresas
Intento dejarme llevar
Es la unión de coincidencias

Cuando no sucede algo,
sólo hace falta esperar
Poco después se resuelve
sin darte cuenta, es real.

Mil y una historias que explicar
He dejado el condicional
Nada es si hubiera sido
Todo llega y llegará

27  de enero de 2013

El fin del mundo

Algún día estallaré,
lo salpicaré todo
y no quedará nada limpio.
La suciedad cubrirá la Tierra
y ya no habrá remedio.
Será el punto final,
el fin del mundo,
ese mundo nuestro.

 

Adoquines por doquier

Hay palabras como "adoquines" que me encanta cómo suenan:

- Este año, para su cumpleaños, le regalaré adoquines
- Adoquines por aquí, abrazos por allá, ¡qué felicidad!
- Me encanta pasarme horas mirando los adoquines de tu mirada
- Estos adoquines rellenos de chocolate están deliciosos

- No dejes de adoquinarme, por favor

12 de febrero de 2007

Mintiendo(me)

No hace falta que nadie me mienta para creerme una realidad propia que, por supuesto, considero verdadera. Y cuántas veces luego ha llegado el momento en que descubro que era una realidad falsa inventada por mí, cuántas.

Algunos lo llaman creencias, otros expectativas, y si se alían con tus pensamientos y sentimientos, te engañan sin necesidad de ver la tele, os lo aseguro.

Des-

Nadie dijo que fuera fácil desaprender lo aprendido
Pero hay algo más difícil que eso: desconocer lo conocido

Hyde Park

Sentí que estaba enamorada. De él y de todo lo que le rodeaba. Así que le abracé con todas mis fuerzas, y me sentí pequeña. Pero noté que ráfagas de algo especial emanaban de las puntas de mis dedos. Miré hacia arriba y vi cómo llegaban a la rama más alta. Cómo se estremecía de placer. Sentí calor en mi cuerpo, un “no te vayas, quédate conmigo”. Pero el viaje se había acabado y tenía que partir. 

Hasta la próxima, árbol de Hyde Park.

3 de febrero de 2007

De rutinas

Yo soy muy de rutinas
de rutinas y de ti
de rutinas y contigo

 

Deseos imperfectos

Pedir un deseo y que se cumpla sin querer y sin poder evitarlo, pero de una manera muy distinta a la que habías imaginado

(o la diferencia entre estar o no estar en el lugar y el momento adecuados)

Un deseo

Sólo quiero volver a (des)ahogarme contigo.

  

El poder de la mirilla

El punto verde
La raya verde
En línea

La (re)presión

El punto verde

La raya verde
En línea

Escribiendo…

Peces, caracoles y mariposas

Esta mañana sentí el corazón lleno de peces. Oí como uno se reía a carcajadas mientras otro cantaba. Era una dulce melodía y parecía la nana que me cantaba mi madre para que dejara de llorar. Luego, por la tarde, ya no eran peces, sino caracoles. Se arrastraban por las paredes en silencio, pero yo los notaba. El hilo que dejaban, ataba y encogía cada vez más mi corazón, que se quejaba bombeando más despacio. Ya por la noche, llegaron las mariposas, que con sus alas le hicieron cosquillas. Buenas noches, hasta mañana. Descansa.

9 de enero de 2007

Darte parte

No puedo darte sólo una parte de lo que tengo para darte.

Su olor

Creí haber cerrado la ventana.
¿Dónde te has metido?
Lo que no puede ser es que te vayas así, de repente, sin decir nada.
Yo si quieres te mojo los labios, con algo dulce o con agua, lo que tú prefieras.
¿Ya no quieres dormir debajo de mi almohada?
Es una lástima.
Con lo que le gusta a mi piel murmurar palabras desconocidas en sueños.
Y a mí esconderme debajo de la cama para esperarte por la mañana.
No importa.
Esperaré un poco, y luego, más tarde, cerraré la ventana.
Entonces seguro que ya has vuelto.
Y me harás cosquillas.
Y nunca podré devolvértelas, pero me reiré mucho, mucho.

29 de agosto de 2006

 

Casualidades

A veces las casualidades me asustan tanto que dejo de creer en ellas.

 

El cerebro no entiende la palabra "NO"

No me gusta que las cosas no tengan sentido. Odio cuando las palabras no corresponden con las acciones, cuando lo que haces nada tiene que ver con lo que dices. Me gustaría que fueras coherente, consecuente. Nadie dijo que fuera fácil, pero podrías intentarlo por mí, como ya lo hiciste una vez. No quiero pensar que quiero algo que no eres. No lo quiero pensar. Pero lo pienso.

Previsible

Era como si una hilera de hormigas me subiera por el cuello y me llenara la boca con su movimiento. Taché la palabra y empecé de nuevo. Algunas letras me atraían y yo las dejé hacer, - déjalas que bailen a su ritmo-. Leyendo noté que todo fluía, que aquella cascada de nuestro viaje tenía algún sentido. - No te duermas – me decías. Y yo te abrazaba fuerte y tú me acariciabas la nuca como yo siempre le hacía a mi gato. Él solía ronronear para mostrar su estado de felicidad. Tú también, y eso me abría el apetito. – Que bien – me decías. Y yo también ronroneaba. Y tú no entendías nada. Y yo siempre quería saber por qué. Entonces te enfadabas y decías que el tiempo se me escapaba de tanto pensar. – No te preocupes – te decía. Y tú sonreías esperando, a continuación, mi tan previsible discurso.

29 de agosto de 2006

Despedidas

Despedidas interminables en las que era imposible dejar de abrazarte

(Esta vez, ha sido la canción la que ha inspirado la frase)

Para sentirlo mejor

Ella se sentía triste por dentro pero, aun así, sonreía. Sólo quería olvidar por un momento la lluvia constante de aquellos días. La llamé y le dije: - Te llevaré a ver salir el sol -. Y entonces ella me dio un abrazo, y yo cerré los ojos para sentirlo mejor.

28 de agosto de 2006

Inevitable

Es inevitable enviarte señales
para que veas que sigo aquí

Es inevitable hacer ruido
para intentar que me oigas

Es inevitable no fingir

Pero ¿sabes qué?
'Evitable' no es lo mismo que 'vital'
Y 'fingir' no se parece en nada a "fligir"

Asumiendo

A veces las velas se consumen
y no hay nada que puedas hacer para evitarlo.

Entonces duele,

pero hay que asumir que sucede,

y que ya no hay vuelta atrás.

Domingo sin fin

Recuerdo los domingos que hablábamos largo y tendido
- Ojalá no llegue nunca el lunes- me decías
Y yo quería lo mismo, y que aquello nuestro fuera un domingo eterno,
algo así como un domingo sin fin para ti y para mí

El tiempo de cada uno

El ritmo del tiempo es un misterio. No hay una regla que sirva para todo y para todos. La percepción de su paso varía según la persona y según el momento. Por ejemplo, a mí, ahora, me da la impresión que ha pasado una eternidad desde la última vez que hablamos.

En algún lugar entre l'Eixample y Gràcia

Y resulta que el paseo por el que una vez paseamos,
ahora está en obras

Bonita metáfora de lo que fuimos
y lo que somos

Había una vez...

"Cuando era chica me saqué diez en una composición, escribí la historia de un ruidito. Era un ruidito simpático, que iba y venía, le pasaban cosas..."

La Maga, en el capítulo 28 de Rayuela, de Julio Cortázar



Maga - El ruido que me sigue siempre