Anoche, buscando la fórmula para olvidar, llegué a la conclusión de que la única forma de conseguirlo, es odiar aquello que quieres olvidar. El problema es cuando no sabes odiar, como yo. Porque a mí nadie me enseñó a odiar. ¿A vosotros sí?
Mirando las letras de las dos palabras, recuerdo el juego que hacía en EGB con una amiga. Escribíamos nuestro nombre debajo del del chico que nos gustaba, y tachábamos todas las letras comunes, formando una nueva palabra con el resto (palabra que aún seguimos usando para llamarnos cariñosamente, por cierto).
En este caso, como cada una de las letras de “ODIAR” también las tiene "OLVIDAR", la primera queda anulada, borrando la palabra por completo (Parece que el odio no está dispuesto, de ninguna manera, a formar parte de mí). Como resultado, quedan dos letras: “LV”. Y como sabéis, son las siglas de “La Vida”. Todo tiene sentido.
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