Me sentí como Ana cuando desea con todas sus fuerzas que Otto esté dentro del armario. Desee tan fuerte que vinieras detrás de mí al irme y me detuvieras, que me giré al creer oír tu voz llamándome. Pero igual que en la película, me decepcioné al ver que el armario estaba vacío, y tuve que marcharme y asumir a la fuerza que Otto se había ido.
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