martes, 18 de febrero de 2014

Peces, caracoles y mariposas

Esta mañana sentí el corazón lleno de peces. Oí como uno se reía a carcajadas mientras otro cantaba. Era una dulce melodía y parecía la nana que me cantaba mi madre para que dejara de llorar. Luego, por la tarde, ya no eran peces, sino caracoles. Se arrastraban por las paredes en silencio, pero yo los notaba. El hilo que dejaban, ataba y encogía cada vez más mi corazón, que se quejaba bombeando más despacio. Ya por la noche, llegaron las mariposas, que con sus alas le hicieron cosquillas. Buenas noches, hasta mañana. Descansa.
9 de enero de 2007

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