No tenemos remedio

La última vez que hablamos, hace exactamente un mes, prometimos portarnos bien, pero me temo que no sabemos. Y aquí estamos, como cuando éramos adolescentes y hacíamos llamadas perdidas de buenas noches. No tenemos remedio.

Preguntas retóricas

¿Sabes cuando te hacen una pregunta retórica pero tú consideras que no lo es y te vuelves loca buscando la respuesta adecuada?

¿Y ahora qué?

Muy bien, has vuelto. ¿Y ahora qué? Es un detalle por tu parte y quiero agradecértelo si lo has hecho por mí. Pero es evidente que no tienes nada que contarme. Yo, en cambio, no hay día que no tenga ganas de acudir a ti para compartir contigo algo que me ha pasado, algo que me preocupa o simplemente decirte cómo me siento. Admito y tengo asumido que existe esa diferencia entre los dos, pero no tengo claro si debo conformarme con ella o dejar de ser yo para equilibrarme contigo y rendirme a los pies del hablar por hablar. No me apetece demasiado, la verdad, pero sólo me queda eso o dejarme llevar y seguir igual.

Adiós > Hasta pronto > Hasta mañana

No me creo tus "hasta mañana". Estoy cansada de que siempre dependan de mí para ser ciertos. A estas alturas prefiero un "adiós" real, o una verdad a medias con un "hasta pronto". Toma nota para la próxima vez. Siempre y cuando decidas que la haya, claro.

Pupilas reveladoras

Enciende una simple lamparita y mis pupilas se contraen al máximo, como si de una gran fuente de luz se tratara.
¿Y qué pasa si te envuelve con su oscuridad absoluta?
Entonces consigo verle.
Entiendo… ¿Has probado a ponerle nombre a eso que te pasa?
Sí, pero no lo encuentro. ¿Me ayudas?
Está bien... Déjame pensar... Ahora vuelvo.
(Vuelve con un imán en la mano. Se lo da)
Mira, yo creo que lo llaman atracción.

Todo escrito

Cuando te da la impresión que ya lo has escrito todo sobre algo, puede significar dos cosas: que no eres capaz de salir del bucle o que por fin has salido. Os deseo la segunda. De nada.

Cuando me doy miedo

Soy capaz de notar el temor de las personas que perciben alguna de mis reacciones, y las imagino asustándose de ellas. Y empatizo a pesar de basarse en una suposición y de no saber si verdaderamente esa emoción que sienten es real. Es entonces cuando me doy miedo.

Recuerdos imperfectos

Son recuerdos imperfectos
de un tiempo que pasó,
un pasado retocado
a mi antojo y con mi voz.

                         Enero de 2009

Venenos dulces que matan y venenos que matan dulcemente

Me absorbes hasta la última gota
Me quedo atrapada en tu telaraña
Me das lo que más me gusta
pero me acaba envenenando
Es el veneno de la complicidad
que lentamente me va matando
Es una muerte dulce y placentera
pero una muerte al fin y al cabo.

Puedes matarme, sí

pero no te vayas de mi lado,
no me dejes morir así.

Madurar

El otro día, en un concierto, el cantante dijo que todas sus canciones hablaban de hacerse mayor muy rápido y no madurar a la misma velocidad. A veces pienso que me pasa eso, sobre todo cuando veo que siguen haciéndome ilusión las casualidades estúpidas que puedo haber provocado yo misma sin darme cuenta.

3, 2, 1

Recuerdo perfectamente una conversación contigo hace un año. Después de pedirte una estupidez de las mías, te dije que lo que más me gustaba de ti era cuando aparecías de esa manera tan tuya, de repente, sin avisar. Anoche lo volviste a hacer y seguramente ni tiene importancia ni significa nada para ti, pero somos muy diferentes, e interesarte por algo tan “nuestro” despertó algo en mí. Por suerte, la intensidad de esa emoción inicial es inversamente proporcional a la que luego perdura una vez he reaccionado. Así que en 3, 2, 1 lo habré olvidado y podrás volver a sorprenderme. Qué bien.

Feliz cumpleaños

Había una vez una niña que quería felicitar a un niño por su cumpleaños. Estaban tan lejos el uno del otro que lo único que podía hacer era escribirle una nota y confiar en la casualidad de que él llegara a ella y la leyera en el día de su cumpleaños.

Las debilidades de Julia

Julia sabía que cuando llegara el momento, no sería capaz de hacerse la dura con él. Conocía bien sus debilidades y sabía que tarde o temprano, se encontraría, sin darse cuenta, rodeada de esas ganas de verle que la persiguen desde que lo conoció.

Esta vez no

Esta vez, ya no me sorprenderá no verte
Y si te veo, tampoco voy a sorprenderme
Estamos empatados a puntos
Y es el mejor resultado posible.
Deberías haberme recordado aquello de
“lo importante es participar”
Pero piensas que ya lo sé todo
Y yo que tú no sabes nada
Pero esta vez, no va(s) a sorprenderme
Esta vez, no.

 

Se oye el frío

Se oye el frío
tras una ventana
Se huele el invierno
que acecha su cama

Semillas que vuelan
buscando melenas
donde resguardarse
hasta la primavera

Se inventa un camino
lleno de proezas
No pierde los nervios
sintiéndose cerca

Fragancias de flores
adornan su belleza
y no se da cuenta
que nadie la observa

Se brinda otro día
por su buena suerte
No entiende su vida
y piensa en la muerte

Se oye el frío
tras una ventana
Se huele el invierno
que acecha su cama

                              Noviembre de 2009

Círculo vicioso

A veces, sin motivo aparente, empiezas a sentir la necesidad de cuidar de alguien, de desear constantemente que esté bien, de preocuparte, de intentar ayudarle en lo que esté en tus manos. Pero a su vez, llega la peor parte, uno de los sentimientos más crueles y que más duele: la impotencia. Por no poder estar donde te gustaría, por no ser capaz de hacerlo mejor, por no saber qué necesita esa persona sin tener que preguntárselo. Y cuando parece que no se puede complicar más, llega la empatía, para hacerte sufrir a ti también, para vivir la situación más intensamente, para entender que el otro te necesita aunque no te lo diga. Y es así como entras en el círculo vicioso en el que me encuentro y del que algún día espero aprender a salir. Me esforzaré al máximo, te lo prometo, pero perdóname si no te llega aquello que realmente anhelas y si recibes algo de lo que te gustaría prescindir.

La última canción de los discos

Eres lo más parecido que conozco a la última canción de los discos.

 

Abrazos que

Me dijiste que tenías guardado aquel abrazo que te di. No me sorprende. Yo no he vuelto a abrazar a nadie como aquella vez.