El imperativo y otras formas de vida

Siempre hay un imperativo cuando la ocasión lo merece.

El fin del imperio

Que ya nada impera 

cuando se acaba el tiempo de creer 

Y no me interesa 

si el imperio se derrumba esta vez

He dejado preparada 

una lista interminable de insultos

para cuando preguntes "¿Por qué?"

No vendré a consolarte

Avísame cuando estés bien

Esto no es lo que era

Esto no es lo que era
tienes razón
algo ha cambiado
desde aquella fiesta
no me pidas perdón
que yo sigo poniendo
canciones para ti
que sigo teniendo
ganas de mirarte
porque yo también soy
de engancharme con todo
aunque a veces pienses
que vivo en la locura
si tienen que encerrarme
que no sea contigo
no quiero contarte el secreto
que dejé a medias
porque no,
esto ya no es lo que era.

 

Ilusión

No sé qué me hace más ilusión,
si arrancarte esa sonrisa
que dices inevitable
o compartir contigo dimensión.

 

De su mano

La casualidad siempre va de su mano, por mucho tiempo que pase.

 

(h)el arte de olvidar

Para cuando yo me acostumbre,
tú ya me habrás olvidado
y yo no necesitaré aprender a olvidarte.

 

Toda una vida suponiendo(te)

No sé descifrar tus señales
y no estoy segura de querer aprender
Algo ha cambiado para siempre
y crees que yo lo sé.

Quizás si te pregunto, te vas
pero es que estoy cansada ya.
Me duele suponer la verdad.
Supongo que me duele,
parece que es real.

Nadie se queda

Parece que lo nuestro ahora se resume rápido,
en onomatopeyas y sonrisas falsas.
Y sinceramente, me da pena.

Me da pena porque al final nadie se queda.
Y yo sigo aquí, esperando
con la lluvia de otoño
mojándome los pies.